La psicoterapia tiene que ver con las historias que nos contamos sobre nosotros mismos. Quien acude en busca de psicoterapia lo hace porque vive una historia que desea cambiar. Pensemos que lo que hemos vivido no se puede cambiar, pero sí la forma en que nos relacionamos con nuestra historia y las emociones que lleva consigo y que a veces nos atrapan.

Desde que comencé mi formación como terapeuta me he ido formando en diferentes escuelas de psicoterapia con el objetivo de conocer diferentes herramientas que poner al servicio del proceso terapéutico de forma integradora y siempre centrado en las necesidades del paciente en cada momento. Me he formado como psicoterapeuta integradora, y he cursado diferentes estudios en psicoanálisis, mindfulness y en intervenciones familiares, grupales y multifamiliares.

La psicoterapia, en cualquier caso, se basa principalmente en la relación que se establece entre terapeuta y paciente, dirigida bien a cambiar esa historia que causa malestar o dolor, o bien a entenderla mejor. Esta relación nos permitirá pensar conjuntamente y ver más allá de donde uno puede alcanzar a ver por sí solo. Así, el encuentro terapéutico nos permitirá construir nuevas historias, siempre partiendo de la historia previa de la persona, pero que incluyen elementos que proporcionan bienestar, sentido y coherencia a las narrativas propias.